Después de estar en dolor por más de dos semanas llego el momento de saber que mal tengo.
La verdad es que estoy nervioso.
Quisiera saber que el destino está en mis manos, que cualquier daño que venga, no hay forma que me detenga.
La realidad el camino ha sido doloroso, aca entre nosotros; hay momentos que he perdido la esperanza.
El dolor en mi espalda alcanza a quebrarme.
Nunca pensé que mi espíritu podría ser quebrado, estaba equivocado.
Por minutos estoy bien, por minutos estoy mal; lo que si sé que despues del diagnostico nunca seré igual.
Después de 11 días de sufrimiento y medicamentos tiré la toalla, quería NO despertar a la siguiente mañana.
Ahora estoy un poco mejor pero de acuerdo al doctor debo estar preparado para lo peor.
Estoy inquieto saber que mal en mi han descubierto, sé que debo ser fuerte.
Despues de alucinar a lado de mi cama a la muerte, mirarla de enfrente y pedirle que quitara mi agonía; no estoy seguro si diría lo mismo cuando llegue otro día.
Tengo ganas de vivir pero no se cuanto tiempo el sufrimiento pueda resistir.
Estoy nervioso, estoy indeciso, es momento de demostrar de que Dios me hizo.
Es tiempo de saber cuanto soporta mi cuerpo, mi espíritu y mi fe.
La esperanza es lo último que se pierde, no quiero perderla otra vez.
Solo Dios sabe que pasará mañana o el día después.
La cosas mas valiosas son gratis.
Disfruta otro día de vida.
Chuyin Rocha
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